Ataque de Ira-dia
Es eterno el momento en que
se instala en su pecho el peso
de mil vidas no vividas
y su agotador presente.
Oprime cada costilla
la angustia basada en nada
y la impotencia inventada,
de su mundo reducido
que casi nunca le sorprende.
Pero ese tiempo relativo,
ese lugar percibido
solo aparenta tal eternidad
y en el espacio de un respiro
la tensión se dispersa suavemente.
Despierta cada músculo el aire
llevando vida a su sangre
y la mente se queda quieta
dando lugar a lo posible
que siempre le acompaña.
Y es momento el respiro eterno que
se extiende en su pecho abierto
lleno de aprendizajes vividos
y recuerda estar solo presente.
*DulceCarito*
Noviembre 2016
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